martes, 14 de abril de 2015

Soy palabra

Es como si las palabras llevaran milenios en una travesía esperando encontrar el camino de salida, batallando con fuerza para romper los muros que las contienen. No son como nosotros que nacemos y luego morimos, ellas nacen muertas y su final es la vida, cuando encuentran quien las perpetúe, quien las vuelva historia.  

Las palabras son agujeros negros que nos arrojan a otras dimensiones, a otros mundos. Son la única máquina del tiempo y la voz de lo que quedo enterrado en el olvido.

La palabra no es voz, la palabra es arte, es gesto, expresión, desahogo. La palabra es lágrima y a la vez sonrisa, es la mirada de quien calla y el arma del inconforme.

Las palabras no son instrumentos, nosotros somos el suyo. Somos su puente al mundo, su camino a la inmortalidad; somos su esencia. Nosotros nos vamos, quedamos en el inevitable olvido, y aun así quedamos impresas en ellas, porque ellas quedan, persistiendo e implorando ser leídas.


Mis palabras nos mías yo soy de ellas, son mis cómplices y mi portavoz. Son mi inmortalidad y yo su esencia. Me entrego a ellas, me hago polvo que se diluye en su viento y al final del camino me desatan, soy libre.